Wednesday, December 24, 2014

PESEBRES AMAZÓNICOS | Costumbre y Tradición de los pandinos en Nochebuena…

Uno de los platos tradicionales de la cena navideña pandina es el lechón rellenado con guarnición de ensalada de papaya verde, yuca y arroz. Varios, prefieren platos en base a gallina como el agradable “plato frío”; otros con carnes del monte como el exquisito guiso de paca, de tatú y hasta el delicioso asado en olla de mono acompañado de yuca recién cortada. Muchos optan degustar algo liviano y se sirven torta con chocolate adherido con una buena crema de huevo batida a punto nieve, todo acompañado de buena música, muchos augurios de mejores días y el resonar de petardos que cruzan la frontera sin barreras y retornan fundidos en estallidos de pueblos hermanos del confín patrio…

Navidad es época de festejos, de reunión familiar, de deseos de paz, amor y alegría infantil. En el departamento Pando los preparativos para esta conmemoración comienzan con mucha antelación, empiezan las últimas semana de noviembre hasta los primeros días de diciembre cuando los arbolitos, luces,decoraciones de balcones, viviendas y muchos lugares públicos y privados brillan en la noche cobijeña.
Nacimiento armado en Iquitos, ciudad amazónica del Perú, el año 2011. | Foto Paco Bardales

Nacimiento armado en Iñaparí, ciudad amazónica del Perú, frente al municipio boliviano de Bolpebra, el año 2011. | Foto Paco Bardales

La navidad pandina es una fusión de varias culturas con la cultura Amazónica siendo el nacimiento del “Niño Dios Siringuero” el hecho y la figura central en temas fundamentales como los villancicos católicos.

En la Amazonia pandina este advenimiento se recibe con diferentes expresiones culturales como el arreglo de arbolitos artificiales y naturales, el pesebre, la misa navideña, la decoración de plazas e instituciones que ambientan la fiesta decembrina.

Pero lo que más caracteriza la navidad siringuera es la tradicional cena navideña que convoca a la familia a celebrar juntos esta festividad y los niños esperan regalos del Papá Noel. Uno de los platos tradicionales de la mesa pandina es el lechón rellenado con guarnición de ensalada de papaya verde, yuca y arroz. Varios, prefieren platos en base a gallina como el agradable “plato frío”; otros con carnes del monte como el exquisito guiso de paca, de tatú y hasta el delicioso asado en olla de mono acompañado de yuca recién cortada. Muchos optan degustar algo liviano y se sirven torta con chocolate adherido con una buena crema de huevo batida a punto nieve, todo acompañado de buena música, muchos augurios de mejores días y el resonar de petardos que cruzan la frontera sin barreras y retornan fundidos en estallidos de pueblos hermanos del confín patrio.

Pero, pese al entusiasmo de esta festividad que se promueve en el mundo entero, vemos que en la acera de enfrente que construye la vida sin piedad, está presente la otra cara de la navidad sin luces ni juguetes, sin cenas ni Papá Noel.

En nuestra región la navidad coincide con la época de la zafra de castaña y es cuando los castañeros de jornadas de bosque y de lluvias, forjan el advenimiento del niño Dios siringuero-castañero pegados a un aparato de música o a un receptor de radio escuchando mensajes de salutación y dedicatorias musicales que difunden las emisoras. Estas melodías rompen el alma y el velo de la selva que cubre la soledad desaparece en la nochebuena del castañero como un manto de curucusís en la noche oscura.

La Iglesia católica y el municipio Capital agregaron lo amazónico a la navidad pandina. La primera, por medio de concursos enriqueció el repertorio de villancicos con temas regionales los mismos que seguimos cantando en la misa de Nochebuena. El segundo, incorporó cuadros costumbristas al nacimiento de Jesús a través de pesebres barriales en que los vecinos representaban estampas amazónicas dando brillo a la fiesta navideña tan celebrada como el carnaval.

Recordamos que antes los niños escribían cartitas a Papá Noel pidiéndole regalos. El 24 por la noche, colocaban sus zapatitos en lugares estratégicos de la vivienda para que el viejo pascuero les dejara sus regalos. El 25 por la tarde, es costumbre ir a la plaza principal a compartirlos nuevos juguetes.

Hoy, varias tradiciones han desaparecido y otras han cambiado como la misa del gallo que ya no es a las doce de la noche, sino, a las nueve. Pocos niños escriben cartas a Papá Noel; los barrios no arreglan pesebres ni el municipio hace concursos. Solamente subsiste la entrega de regalos por parte de varias instituciones y el tradicional paseo de navidad ya no es en la plaza Germán Busch, sino, en el parque urbano de Cobija.

Finalmente, reconocemos que la navidad en Pando, igual que en otros lugares, es una mixtura de religiosidad y consumismo, pues, la comercializacióndel advenimiento ha ido alejando el sentido místico de esta celebración; pero, pese a todo, en nuestra Amazonía cada diciembre esperamos el nacimiento del Niño Dios Siringuero en nuestros corazones y en nuestras vidas.

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