Sunday, June 28, 2015

La audiencia de Leopoldo genera expectativa en Pando

La noticia de que Leopoldo Fernández volverá a Cobija inquieta a José María. Mototaxista por necesidad, el hombre de 53 años sube y baja por las colinas del desigual terreno de esta ciudad, hablando hasta por los codos sobre “el grandote ese”, de cabellos cenizos que, recuerda, se metía a los barrios, conocía a las familias y tenía memoria para los nombres y caras de cada persona.

Ese mismo que fue senador de ADN, el partido de Hugo Banzer, prefecto de Pando y que hace seis años y nueve meses está en La Paz respondiendo un juicio por la denominada matanza de Porvenir, ocurrida en 2008, donde murieron 11 personas.

Según el mototaxista, en su casa querían ver a Leopoldo. “A ese hombre lo parió esta tierra y a algunas personas no les gusta cómo lo estropean por allá”, dijo José María, ya con cierto aire de desconfianza en la mirada y un cambio de tono en el hablar; más formal.

Eso dijo el jueves 25 por la mañana, cuando todavía se pensaba que el principal acusado del caso Porvenir volvería por tres días a Cobija debido a una orden judicial, ampliamente comentada en la capital.

Como este mototaxista, se vio a una romería que se acercó a la casa de la familia Fernández Soria o llamó por teléfono para preguntar por ‘Leo’, poco antes de saber que el exprefecto se quedó en la sala de su casa de La Paz, donde guarda arresto domiciliario, agarrando unas maletas hechas de ganas de volver a Cobija después de casi siete años.

Expectativa
Toda la semana fue así. Leopoldo, que fue detenido el 16 de septiembre de 2008 por una cuadrilla de militares bajo órdenes del ministro Juan Ramón Quintana, dominó las conversaciones entre adeptos, curiosos e incluso entre quienes lo acusan de asesino y criminal.

“Queremos saludar a nuestros héroes de Porvenir, a nuestros hermanos campesinos de Pando. Valerosos héroes que Leopoldo Fernández masacró”, dijo a voz en cuello Rodolfo Machaca, secretario ejecutivo saliente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), el miércoles, durante su discurso por la inauguración de su XV Congreso, en el coliseo Universitario de Cobija, sentado en la testera con el presidente Evo Morales, que acusó a “la derecha y a los caciques” de haber sembrado la muerte hace casi siete años.

Algunos pensaron que los años y la distancia iban a “enterrar” políticamente a Leopoldo. El ministro Juan Ramón Quintana anunció públicamente en 2008 que esperaba que Fernández se vaya a “convivir con los gusanos”. Pero el ruido que ha traído el anuncio de un viaje con fines judiciales agitó a quienes lo siguen y a quienes lo detestan en Pando.

Bajo perfil
Cuidadosa con lo que dice, Pamela Fernández Soria, su hija, asegura que su padre le ha dicho a la familia que evite la palestra pública y los reclamos altisonantes para lo que ellos consideran injusto en este juicio.

“Muchas personas se comunicaron conmigo y con mi familia porque esperaban ver a Leopoldo”, relató ella, todavía incrédula de lo vivo que está el recuerdo del exprefecto de ese bloque que se hacía decir ‘media luna’. Para Pamela, el hecho de que su padre sea el tema de las conversaciones en Cobija es una pequeña victoria.

Por teléfono, a Leopoldo Fernández se le pregunta si cree que todavía su figura es influyente en Pando. Y luego de decir que alguien “inventó un pretexto burdo” para frenar su traslado, se despide, parco, eludiendo la respuesta

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