Tuesday, October 13, 2015

Siringuero de Pando ganó la II Olimpiada del Saber

A sus 81 años, Asencio Chupinagua mantiene vivos los recuerdos de cuando era un jovenzuelo, casi niño, y se internaba en la selva amazónica para dedicarse a la actividad de la siringa. Todo el conocimiento adquirido por años le valió el primer premio en la II Olimpiada del Saber del Adulto Mayor.
El anciano, de ojos rasgados y rostro arrugado trajo a La Paz sus herramientas para extraer la goma del árbol del caucho, y participó de la fase final del certamen organizado por la Dirección General de Posalfabetización, dependiente del Viceministerio de Educación Alternativa y Especial del Ministerio de Educación.
Junto con él llegaron otros 26 adultos mayores venidos de todo el país, quienes presentaron ponencias sobre modos de producción ancestrales, salud, nutrición, espiritualidad, costumbres e historia.
El director de Posalfabetización, Ramiro Tolaba señaló que el objetivo de este evento es recuperar y valorar los saberes y conocimientos albergados en personas de la tercera edad, a través de la producción de textos y la narración oral.
Tolaba se refirió al impacto de este tipo de actividades en las personas de la tercera edad, pues los participantes se sienten enaltecidos, ya que tienen la oportunidad de transmitir experiencias que quizás en sus lugares de origen no son tomadas en cuenta.
Asencio se sentía toda una estrella, con su lámpara de carburo en la cabeza, pues decenas de personas, sobre todo jóvenes de colegios del centro paceño le escuchaban mientras explicaba la faena del siringuero, junto con anécdotas vividas en plena selva amazónica.
Además de Asencio, Gumercindo Castellón Flores, de 78 años, nacido en Ucureña, pueblo donde se firmó la Reforma Agraria de 1953, ganó el segundo lugar con sus relatos sobre cómo era la vida del campesino antes de esa medida.
En tercer lugar se ubicó Crescencia Leañez Murillo, de Minero, Santa Cruz, que encantó al jurado con su explicación sobre las múltiples formas de cocinar el maíz, además de sus usos para artesanía.
Lo que más resaltó la anciana fue las cualidades nutritivas del producto, ideal para criar hombres “fisicudos”, aseguró.

Firmaron Reforma Agraria sobre adobes
Gumercindo Castellón Flores tenía 16 años en 1953. El 2 de agosto de ese año, vio cómo la Ley de Reforma Agraria, patrocinada por Víctor Paz Estenssoro era firmada sobre un mesón hecho de adobes, en el sitio donde ahora se alza la plaza principal de Ucureña, Cochabamba.
El anciano, que participó de la Olimpiada del Saber y obtuvo el segundo lugar, reseñó a decenas de adolescentes, jóvenes y adultos cómo era la vida de los campesinos antes de ese día, detallando abusos, humillaciones y despojos por parte de la familia Ledezma, los hacendados del lugar, además de las monjas de Santa Clara, que eran las otras terratenientas de Ucureña.
“Todas las familias se repartieron a dos hectáreas de la tierra que se expropió a los Ledezma y a las monjas, además de un lote en el pueblo y hasta hoy las familias seguimos teniendo esa propiedad, que ya no son chozas o casas de adobe, ahora ya tenemos hasta casas de piso y con hormigón armado”, resaltó el anciano.

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