No es un político de trayectoria, menos un gran empresario, es un exfutbolista salido de uno de los barrios más humildes de la ciudad fronteriza, más conocida como la Perla del Acre. Su destacada carrera como jugador de fútbol, el haber participado en momentos históricos dentro del balompié nacional, como la final de la Copa Sudamericana entre Bolívar y Boca Juniors, o en la inolvidable goleada por 6-1 que la selección boliviana le dio a Argentina en La Paz, por las eliminatorias (con Diego Maradona como técnico), le hicieron un espacio en el corazón de la gente pandina, que no olvida y se identifica con él.
No hay como pase desapercibido este detalle, pues en las calles, las banderas blanco y amarillo, de la agrupación que lo catapultó al sillón edil, todavía flamean y los afiches de su campaña permanecen prendidos en las paredes de muchas casas, especialmente de los barrios más alejados, donde los niños juegan al fútbol en sus calles de tierra.
En los taxis y mototaxis la conversación obligada es la victoria del 'Súper Ratón', como de cariño le decían en Bolívar a Ribeiro. Como si fuera parte del recorrido turístico desde el aeropuerto hasta el centro, los conductores de los vehículos cuentan cómo el candidato de Pando Unido y Digno (PUD), le ganó a Ana Lucía Reis, que postuló por el MAS. Ellos disfrutan lo sucedido, es más, se sienten parte del triunfo.
“Increíble, oiga, aquí no se tiró un solo puñete, pero les ganamos. Aquí la gente apoya a Gatty; ellos juraban que nos iban a dar una tunda, puej, ya vio cómo les salió”, comenta Lorgio Fernández, mientras maneja su moto y de rato en rato lanza una sonrisa pícara, al acordarse cómo el otro frente llenaba las calles de gente, que asistía a sus concentraciones atraídos por “la comida y bebida que les daban”. “Usted no conoce la necesidad de la gente de aquí”, dijo.
La charla tuvo un corte abrupto, pues tan emocionado estaba en la charla Lorgio, que se olvidó de uno de los tantos pozos a los que hay que esquivar en la avenida que une el centro con el aeropuerto.
Un camino duro
Es muy difícil que quienes trabajan haciendo el servicio de transporte no sepan donde vive Gatty y es ahí hasta donde este pequeño hombre llega casi todas los días a las 10 de la noche, con su andar agotado, que su rostro refleja (por el trajín de los últimos días), pero aun así tiene tiempo para saludar a quienes encuentra por la calle, pues son sus vecinos y con quienes comparte la alegría de la victoria.
Una sonrisa de desconfianza brota de su rostro, pero en pocos minutos entra en confianza y comienza a contar la odisea que significó la campaña. “Un día se me acercó un grupo de personas, entre ellos algunos amigos y comenzamos a hablar de la posibilidad de que yo represente a la agrupación en las elecciones para alcalde, y luego de varios minutos y tras haberlo consultado con mi familia, acepté”, recordó Gatty, que ya participa de reuniones y reuniones para ir conformando la estructura que el 1 de junio asumirá la Alcaldía.
No espera ni a que se le pregunte qué fue lo que lo motivó a postularse al municipio de su ciudad, pues rápidamente dice que hay muchas necesidades y muchas cosas por hacer, que la gente está cansada de lo mismo y que apostando por el cambio le dio su apoyo, al que no piensa defraudar.
“Estoy comprometido con mi ciudad, aquí tiene que llegar el desarrollo, no podemos seguir siendo un pueblo, tenemos que comenzar a ser una ciudad y crecer a base de una planificación. No será fácil, pero alguien tiene que dar la patada inicial y quién mejor que yo”, sostuvo el futuro alcalde de Cobija, que apuesta a cubrir, en el menor tiempo posible, las necesidades básicas de la población, como el tema de salud, la educación, el agua y la basura, problemas que saltan a la vista con solo caminar por las calles.
Recuerda que hace tres meses, cuando comenzó la campaña, ya había dejado el fútbol porque no se sentía físicamente en condiciones de seguir jugando, aunque lo hacía de vez en cuando con sus amigos en la cancha de pasto sintético que tiene en la casa donde vive. Ahí comenzó a organizar su plan y estrategia para hacer conocer su propuesta y decidió ir casa por casa a explicar a la gente su programa.
Los lugareños de Cobija saben quién es Gatty Ribeiro y es por ello que cuando llegaba a los barrios la gente le abría la puerta de su casa para escucharlo, aunque confiesa que de 10 personas que visitaba, dos le decían que no querían escuchar nada y le pedían que se vaya.
Atribuye a sus raíces que la gente haya decidido apoyarlo, ya que se identifican con él y creen que los ayudará a salir de la situación en la que se encuentran y por eso lo eligieron alcalde.
Sabe que no puede fallarles y que si el 29 de marzo metió el gol de su carrera, espera salir airoso del partido más largo de su vida, que durará cinco años y del que piensa salir victorioso. Su tarea ya está en marcha
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