Sunday, July 26, 2015

Víctima de Porvenir no tiene quién lo defienda

Está en todas partes. Tiene la cara huesuda, los cabellos lacios despeinados, usa ropa negra y su metro y setenta centímetros de alto permite que su cabeza se cuele en cada escena de la inspección ocular del caso Porvenir, ahora que la justicia decidió viajar a Pando.

Testarudo, el muchacho se abre campo. Queda claro que quiere oír el juicio en Cachuelita, Tres Barracas y Porvenir. Roy Céspedes Pedraza no está invitado a esta audiencia.

El 11 de septiembre de 2008 también le arruinó la vida a él. El albañil beniano, de 48 años, llamado Alfredo Céspedes Robles, su padre, cayó con un balazo en el costado superior derecho del tórax, después de haber sufrido cinco horas de golpes de los campesinos.

A las 10:30 de ese día, el asesinato de Alfredo se convirtió en la segunda muerte del caso Porvenir, luego de que Pedro Oshiro recibiera un tiro en la cabeza en Tres Barracas. Pero no hay acusación contra nadie por su muerte; el Gobierno no dijo nada. La Fiscalía se ha desentendido y la abogada acusadora, Mary Carrasco, tampoco alega por él.

“Los campesinos valen, mi padre vale igual. Todos los muertos valen igual. Todos merecen justicia”, dijo Roy Céspedes en el aeropuerto Aníbal Arab, el día en que se marcharon los acusados. Se contiene, pero este joven de 24 años, dedicado a rozar la maleza de los terrenos, transpira rabia, impotencia.

Pide justicia
El jueves 25 de junio se suspendió la audiencia de inspección ocular en Pando porque los acusados no habían sido trasladados a Cobija. La abogada Mary Carrasco ofrecía una rueda de prensa fuera del Palacio de Justicia, cuando Roy la increpó y la acusó de no haber querido representar su caso. Ella lo negó.

A pulso de obrero, sin plata Roy Céspedes está empeñado en lograr que la justicia reconozca que su padre fue una víctima; que así como el fiscal asignado al caso, Erwin Sarmiento, defiende la continuidad del proceso por tratarse de delitos de orden público y crímenes de lesa humanidad, así también se digne en actuar de oficio por el segundo muerto de Porvenir

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